Cuenta la leyenda, que hace mucho tiempo, en el Polo Norte vivía un reno llamado Rodolfo (Rudolf), el único reno en el mundo que tenía una gran nariz roja y así lo llamaba la gente: "Rodolfo, el reno de la nariz roja".
Rodolfo estaba terriblemente avergonzado por su enorme nariz, muy extraña. Los demás renos se burlaban de él, y su madre, su padre y su hermana sentían pena por la desdicha de Rodolfo..."
Y Rodolfo encontró su lugar en el mundo...así termina la historia.
Una noche en vísperas de Navidad, Santa Claus estaba preparando su trineo, alistando a todos sus renos, Dasher, Prancer, Vixer, y los demás, para dar la vuelta alrededor del mundo, llevando regalos a los niños.
Pero de pronto, se desató una terrible tormenta y la neblina cubrió toda la tierra, evitando que los renos pudieran remontar el vuelo. Además, Santa sabía que con tanta niebla no podría encontrar las chimeneas.
De pronto, Rodolfo apareció para ver qué sucedía. Su gran nariz brillaba como nunca antes había brillado. Santa Claus sintió entonces que esa era la solución a su problema, por lo cual llamó a Rodolfo y lo colocó al frente del trineo, delante de todos los demás renos, como líder.
Con esa gran nariz como guía, los renos remontaron vuelo muy rápido y Rodolfo condujo a Santa Claus hasta cada una de las chimeneas de los diferentes hogares.
Desde ese momento, Rodolfo se convirtió en un animal muy especial, y al sentirse útil, dejó de andar triste, ya que comprendió que su singular nariz podía llevar felicidad a muchos niños... Claro, a los que han sido buenos durante todo el año.
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